Historias de la Vida Real Ep.16

Sonreír No Cuesta Nada

Hola, gente bonita:

Por ahí he visto personas amargadas. En algún momento todos nos hemos convertido en una. Por ejemplo, hoy me sucedieron dos cosas que aunque fueron muy distintas tienen algo en común: una sonrisa.

La primera situación me sucedió de camino al trabajo. Por las mañanas, lo admito, tengo cara de pocos amigos. (Por eso dije que todos hemos sigo los amargados en algún memento, haha) Me detengo en un semáforo y viene un caballero repartiendo un periódico gratuito. Bajo mi cristal y lo cojo. Me dispongo a subir el cristal cuando él me detiene diciendo: "Toma chica, esto te sacará una sonrisa". En ese momento busca en una libretita de descuentos de una cadena de restaurantes, y me la da. Lo importante no es lo que me dio, sino lo que me dijo. Sus palabras fueron amables, pero me hizo caer reaccionar. Estaba siendo una amargada cuando él solo me estaba dando los buenos días y un periódico. Tengo que agradecerle al caballero por cambiar mi día completamente. Desde ese momento en adelante he sido consiente de mis acciones y amable en mis interacciones.

La segunda situación no fue tan placentera, fue en mi área de trabajo. Una de mis compañeras se ausentó y tuve que cubrirla en recepción. Estaba haciendo mi trabajo habitual más atendiendo el teléfono y a los que llegaran. En un momento llega un señor de autoridad en la compañía y le digo: "¡hola!" con un tono alegre y sonriéndole. Me quedo mirándolo en espera de una respuesta. Pasa por el lado del escritorio y solo voltea la cara y sigue su camino. Ni unas 'buenas tardes' ni una sonrisa tan siquiera. Se sintió feo que ignoraran un simple saludo. En su defensa, no se qué clase de día haya tenido fuera de la oficina. 

Hoy estube en las dos caras de la moneda y créanme que aprendí. Se siente bien feo cuando ignoran un simple saludo; se siente feo cuando solo te viran la cara al decirle "hola". Con la experiencia de hoy cambiaré mi forma de interactuar con las personas. Se siente espectacular un acto de amabilidad. No tienen que ser cosas materiales o algo que cueste mucho trabajo. Con una sonrisa o unas palabras amables hacia otra persona puedes cambiarle el día. El caballero que me dio el periódico esta mañana cambió mi día y mi manera de pensar por el resto de mis días. 

Los invito a ser amables con los demás. Pequeños actos de amabilidad pueden cambiar la vida de otra persona. Hoy decidí: le sonreiré más a las personas. ¿Qué tú decides hoy?

Sonríe;

- Yaminé Maril Xx

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