Confesar y Ser Real

Hola, gente bonita:

He tenido varias situaciones donde confesar mis emociones ha sido mi única opción. Quizás todos podemos aprender de esas pequeñas historias que vengo a contarles.

Cuando comencé con los ataques de pánico tuba que hacer mis investigaciones. Leí un blog post de Zoella que me abrió los ojos a muchas cosas. Esa publicación se trata de como se siente una persona que sufre de ataques de pánico. Me ayudó a entender que tengo que decirles a las personas como me siento para que así mi situación no los tome por sorpresa. Al yo estar en pánico, ellos también tienen miedo o probablemente se sientan incomodos. Para hacerlos menos incómodos, le digo que estoy entrando ansiedad o me está comenzando un ataque de pánico. Se siente miedoso después de un episodio. Pero procuro nunca pedir perdón por haber tenido uno. Es ilógico ya que esto no está en mi control. Son emociones y reacciones en mi que no puedo controlar. Así que de nada vale pedir perdón.

Crédito al dueño de la frase. Diseño: ©Yaminé Maril 2017
En otra ocasión fue algo totalmente diferente. Tenía unos sentimientos incomparables por un muchacho. Llegó el momento que dije “ya basta” y sin pensarlo mucho dije todo lo que tenía que decir. En algún momento u otro iba a salir todo, así que preferí hacerlo estando sobria. (Es que a mi, con dos tragos se me suelta la lengua y digo 7 verdades, hahaha.) La cosa fue, que aunque no fue reciproco me pude quedar tranquiliza, pasar la pagina, y de hecho la madurez ganó en este caso dejándonos como buenos amigos hasta el sol de hoy. No puedo pedir perdón por mis emociones. Al contrario, doy gracias a Dios por darme el valor para dejar todo claro porque como dice el refrán: “Cuentas claras conservan amistades”. 

La última historia tiene que ver con mi lugar de trabajo. Y, esta es una historia que aún está en proceso. Tengo un compañero (quiero decir que es ADULTO) que muchas veces en vez de llamarme por mi nombre me dice “mami”. Estoy bien molesta con esta situación. Debo poner en práctica lo que aquí he escrito. No tener miedo a decir lo que uno siente. No puedo tener miedo de ser real. En la próxima ocasión donde se dirija a mi utilizando e famoso “mami” voy a tener que decirle lo que siento y detener la situación. Obviamente con respeto, eso es lo principal. Pero no puedo pedir perdón por ser real y decir lo que siento.


Muchas veces da miedo. Vamos a hablar claro, la mayoría de las veces, si no siempre, da miedo. Es aterrador (al menos para mi) ser vulnerable frente a otras personas. Cuando uno se arma de valor y dice todo lo que se siente, no hay marcha atrás y es lo mejor. Todo va a salir bien. La cerdas es hija de Dios, así que armémonos de valor y digamos todo lo que sentimos desde hoy.



Seamos valientes;
- Yaminé Maril Xx





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