Turismo Interno Ep.7

Buscando Banderas #3

Hola, gente bonita:

La semana pasada llegué de una cita médica y mami le recibió diciéndome: "Okay, tu decides. Podemos ir a donde tu quieras, PERO Hector está en Cayey rehaciendo la bandera de allí... podemos ir si quieres". Internamente, el deseo más grande de mami era ir para allá. Me dio la opción de escoger cualquier lugar para ir, pero si escogía Cayey iba a ser magnífico para ella. La cosa es que amo el turismo interno y las aventuras. Y para ir a un sitio que ya he ido mil veces, prefiero ir a hacer aventuras nuevas y crear lindos recuerdos. Así que nos fuimos campo adentro.


Arrancamos como a las 4:30 de la tarde. Nos tiramos por Comerío y rápido llegamos a la bandera de Cidra. Quedaba en el mismo camino, así que sin pensarlo detuvimos el carro y nos bajamos a ver esa linda bandera al borde de la calle. La bandera de Cidra es bien interactiva. Él encontró las ruinas de un negocio antiguo y en la fachada pintó la banderas. Donde una vez hubieron puertas, ahora representan las franjas blancas de la monoestrellada. En cada puerta hicieron un columpio con soga y un madero; como habían en las casas de antes para entretener a los niños. Allí nos sentamos, nos mecimos y nos tomamos unas lindas fotos. Algunas personas de las que transitaban por allí tocaron bocina. De esta manera compartimos un poquito de la alegría boricua.


Al salir de la bandera de Cidra nos dirigimos sin pena a Cayey. Siguiendo las direcciones ¡LLEGAMOS! Llegamos en buen momento. Aun estaban pintando la bandera y estaba quedando increíble. Allí estaba Hector en todo su apojeo. Tuve la oportunidad de conocerlo y hablar con él unos minutitos.


En la conversación que tuvimos le mencioné que me he dado cuenta lo interactivas que son sus banderas. De hecho, muchas de ellas las puedo considerar extremas. Se encuentran en lugares remotos o poco accesibles. A esto el me dice que es una persona un poco extrema; que hacía paracaidismo, motociclismo y cosas así. Por eso al menos las primeras 20 banderas eran dirigidas a personas como él. Personas arriesgadas y hasta cierto punto ágiles para andar por esos caminos. Luego de eso se dio cuenta que su demografía estaba cambiando. Ahora lo siguen personas de diferentes edades (incluso perritos, porque los vi allí, Hahaha). Por esto es que ahora trata de hacer sus banderas un poco más accesibles. Siguen siendo aventuras súper divertidas, pero para todo tipo de público.


Mientras vimos el progreso de la bandera pasaban muchos carros por la vía principal. Muchos de ellos tocaban bocina y le gritaban cosas lindas a Hector y a los que estaban pintando. Se sentía esta hermandad que nos distingue como puertorriqueños. Durante el proceso, también me di cuenta de lo hermoso que es el arte urbano. El arte urbano no son solo latas de spray y graffiti. El arte urbano lleva un mensaje y une diferentes sectores de la sociedad. Eso es lo hermoso del arte en general, la unión que genera. Y créanme... eso se vio en Cayey.

Me encanta este proyecto de 78 pueblos y 1 bandera. Es una actividad familiar que promueve el turismo interno y las artes. Le deseo mucho éxito y cosas buenas a Hector y a todos los que lo acompañan en este proyectazo.



¡Qué viva el arte!
- Yaminé Maril Xx





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